Cómo ganarle tiempo al tiempo
“No tengo tiempo”, “desearía que el día tuviese 4 horas más”, “el tiempo no me alcanza”, “No pude hacerlo a tiempo”.
¿Cuántas veces hemos dicho alguna de estas frases, todas u otras parecidas? ¿a cuántos de nuestros amigos, colegas o compañeros se las hemos escuchado? Muchas veces son usadas como excusas, otras veces son reales. El tiempo no alcanza. ¿Realmente es así?
Una cosa es cierta: el tiempo siempre es el mismo. Los mismos segundos, minutos, horas y días. No hay diferencia. Quizás el sol salga o se oculte más temprano en algunas ocasiones, pero solo es un efecto luminoso. Tenemos 24 horas cada día y eso no va a cambiar. Por lo menos no en esta vida.
Como ya vimos, no es posible alargar o acortar el tiempo. Solo nos queda aplicar y utilizar recursos para administrarlo al igual que administramos el dinero cuando lo tenemos escaso. Si sabemos cuántas monedas que tenemos en el banco, sabemos que podemos comprar y que no. De igual manera hay que administrar el tiempo. ¿Cómo?, ¡así!
- Planifícate: La mejor maneja de malgastar el tiempo es no planificarte. Recuerda que a diario la vida te da 24 horas y tú mismo debes decidir cómo usarlas, ten presente que jamás las volverás a tener. Hora transcurrida, hora que no se recupera nunca. Por eso debes apartar por lo menos 30 minutos al final del día para planificar lo que harás al día siguiente. Si comienzas el día con la idea clara de lo que debes hacer seguramente aprovecharás el tiempo al máximo. Aparte de eso, está demostrado que anotar en una hoja o agenda (de papel o electrónica) todo lo que debes hacer en las próximas 24 horas, te ayuda a conciliar mejor el sueño y bajar los niveles de stress.
- Utiliza la tecnología: hoy más que nunca contamos con herramientas tecnológicas que nos ayudan increíblemente a sacarle el máximo provecho al tiempo. Comenzando desde la más sencilla como lo es el reloj. Puede ser el de tu mano o el del celular o agenda electrónica. Acostúmbrate a trabajar tu día con las alarmas. Las alarmas no son solo para que te despierten en la mañana y no se te haga tarde, son súper útiles durante todo el transcurrir diario. Quizás al principio te sientas incómodo, pero en pocos días te darás cuenta del gran aliado que siempre has tenido a la mano y no te habías dado cuenta. Las alarmas te recuerdan lo que te falta por hacer y el tiempo que te queda para ello.
- No te distraigas: la mente es traicionera y siempre busca hallar el placer. Debes concentrarte en las tareas que hay que cumplir y que tienes planificadas anteriormente para que nada te distraiga. Un amigo conversador, una llamada telefónica que se extiende más de lo debido, atender cosas no prioritarias que se presentan sin esperarlo, el no saber decir que “no” a determinadas situaciones, todo eso juega a hacernos malgastar el tiempo. No queremos decir con esto que nos convirtamos en robots, pero, si se trata de planificación, dentro de la misma debe estar incluida un tiempo para tomarse un respiro y solo se trata de darle a cada momento su espacio y a la hora que no interceda una cosa con la otra.
- Poner tope a cada evento planificado: La planificación no solo consiste en decidir a que hora vamos a comenzar determinada tarea, sino también a que hora vamos a terminarla. Si no finalizamos una tarea a la hora prefijada, seguramente nos tocará tomar tiempo de la siguiente y allí comenzará el descontrol de nuestro día de trabajo y el malgaste del tiempo.
- Demasiadas expectativas: debemos fijarnos metas realmente alcanzables para las horas de trabajo que tenemos dispuestas. Planificar excesivos eventos pueden dar al traste con la agenda y seguramente tomaremos prestado nuevamente el tiempo y esta vez será el del día siguiente.
- Tomar en cuenta los imprevistos: es de suma importancia tener en cuenta que no todo saldrá siempre a pedir de boca y según lo planificado. Dentro de nuestro mapa de trabajo trazado la noche anterior, debemos incluir tiempo para los imprevistos. Si no lo hacemos, igualmente se nos irá por la borda todo lo planeado al primer caso fortuito que se presente.
- Descansar y alimentarse bien: sin el descanso suficiente durante la noche, no contaremos con las energías y el estado de alerta necesario para cumplir con lo planificado al día siguiente. Lo mismo pasa si no nos alimentamos correctamente.
- Ayuda competente: si para alcanzar los objetivos diarios trazados debemos incluir a terceras personas en quien se deba delegar alguna tarea, dichas personas deben ser capaces y estar suficientemente motivadas para cumplir con lo ordenado. En caso de que el personal en quien deleguemos, no sepa ciertamente como realizar su trabajo seguramente nos tocará, nuevamente, robarnos tiempo de nuestra planificación para atender lo que se supone no deberíamos.
- Deja para mañana, lo que se pueda hacer mañana: trata de evitar las emergencias. lo que realmente es “emergencia” es muy sencillo de identificar: sucede de imprevisto, lo demás pueden ser cosas importantes, pero no urgentes, no altere su agenda sin una razón valedera.
- Tiempo de relax: en la semana existen días llamados sábados y domingos. Ambos o cualquiera de los dos están apartados para el disfrute, relax y descanso. Coloque una alarma para que se lo recuerde.
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