Vector vs. Píxel
En el mundo de las imágenes digitales, la calidad de las mismas marca la diferencia a la hora de la impresión. Una imagen capturada con cualquier dispositivo destinado para tal fin, como puede ser una cámara digital, escáner o equipo de copiado, viene conformada por pixeles, lo cual no son más que diminutos puntitos que juntos, uno al lado del otro, van formando la imagen. A mayor cantidad PPI (puntos por pulgadas) mayor es la resolución y mejor la calidad y nitidez de la imagen.
Esto se convierte en calidad estándar cuando la imagen capturada no va a ser objeto de cambio en sus dimensiones, es decir en su tamaño. Pero si la misma queremos ampliarla o reducirla, su calidad va a variar empeorando en la misma proporción o escala que la ampliemos o reduzcamos.
Para tareas de transferencia de imágenes por cualquier técnica, como sublimación, serigrafía o impresión digital, esto puede ser un verdadero problema.
Asumiendo que el diseño originalmente posee el tamaño adecuado o cercano al mismo para el estampado que se desea, podría servir perfectamente. Pero como dijimos, si hay que manipularla para adaptarla al tamaño deseado, la distorsión será muy evidente, resultando en una resolución pobre y de baja calidad. Estos casos son frecuentes en sublimación donde en múltiples oportunidades un usuario o cliente se acerca a nuestro negocio solicitando sublimar sobre algún blank una vieja fotografía familiar u otra de su preferencia que sea de tamaño reducido o muy grande para que sea amoldada a la superficie sublimable del blank. Cuando esto ocurre no hay otra opción que vectorizar la imagen.
¿Cuál es la ventaja de vectorizar un diseño o imágen? Pues que con la vectorización, la misma puede ser ampliada, reducida, achatada, estirada, o cualquier otro cambio que se le quiera dar sin que pierda definición ni calidad.
Las imágenes de vectores son ampliamente usadas con preferencia actualmente para los diferentes tipo de sistemas de impresión como sublimación, serigrafía, rotulación, impresión digital y de gran formato etc.
Como ningún dispositivo nos va a elaborar una imagen vectorizada, debemos echar mano de las aplicaciones de software especialmente diseñadas para llevar a cabo esa tarea y las cuales las hay disponibles en internet en diversidad de versiones, pagas o de software libre. Podemos poner de ejemplo algunas de ellas como son el ya famoso PhotoShop, el clásico CorelDraw o el versátil VectorMagic en versiones de pago. En alternativas de software libre están WinTopo, InkScape y Synfig Studio.
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