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Números romanos ¿IIII o IV?

Números romanos ¿IIII o IV?

A la mayoría de nosotros se nos enseñó en la escuela la numeración romana. Todos conocemos, por lo menos, como escribir del 1 al 10. Pero hay un detalle que ha persistido en el tiempo con respecto al número 4 en signos o números romanos y que ha sido motivo de confusión y dilemas.

Los Etruscos crearon un sistema de numeración basado en la adición o suma. Los romanos derivaron el suyo propio a partir de éste. Por lo tanto, I + I =II, II+I=III, III+I=IIII, V+I=VI, V+IIII=VIIII, X+I=XI. Pero con el pasar el tiempo los romanos deciden combinar tanto la adición como la sustracción, por lo que IIII pasó a ser IV que es cinco menos 1, y VIIII pasó a ser IX que es igual a 10 menos 1. Esto se mantiene hasta hoy y parece que será así por siempre. Pero ¿por qué entonces en el caso de algunos relojes, se sigue utilizando IIII y no IV? Pues, hay muchas teorías al respecto. Una de ellas es que se debe más que todo a un efecto visual de mantener la simetría entre la numeración el 1 al 4 y la del 5 al 8. A partir del 5 y hasta el 8, todos los números romanos comienzan con V, por lo que al colocar el símbolo IV al número 4 se crea una asimetría que, a los fabricantes y conocedores del reloj, no les agrada.

Otra de las historias, le atribuyen al rey Carlos V de Francia el hecho de la representación del 4 como IIII en los relojes. Se dice que, en el año 1370, un famoso fabricante de relojes llamado Henry de Vick, recibió instrucciones del rey de confeccionar un reloj para colocarlo en lo alto del Palacio Real de Francia. Al momento de leer los detalles de la obra, el relojero le hace la salvedad al rey diciéndole que 4 en romano, se escribía IV y no IIII a lo que el Rey, enojado, respondió “El rey jamás se equivoca” por lo que De Vick debió acatar el mandato Carlos V estableciendo una tradición que perdura.

La segunda historia de origen monárquico, expone que un relojero suizo elaboró un reloj por encargo de su soberano, en el cual representó el número 4 como IIII y no IV por lo que el rey le mandó ejecutar. A manera de protesta, y como homenaje al relojero ejecutado, todos sus colegas decidieron adoptar IIII en vez de IV.

Una teoría más, es que se mantuvo el signo IIII por motivos religiosos, ya que se decía que las letras IV eran las dos primeras que componían el nombre del dios romano Júpiter (IVPITER como se escribe en latín) por lo que su uso se consideraba blasfemia y se determinó como inapropiado.

En fin, sea cual sea la verdadera razón, la belleza y el arte reflejado en los símbolos de la numeración romana son indiscutibles y el hecho de que en los relojes se escriba IIII o IV no cambia su esencia en la tarea de marcar el tiempo.

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