¿Es negro o blanco, costo o gasto?

Aunque el título de este artículo hace referencia a dos colores, en realidad su objetivo es definir la diferencia entre un costo y un gasto. Nombrar los colores es solo una manera de graficar la diferencia existente entre ambos. Muchísimas veces utilizamos estos dos términos de manera indistinta erróneamente. Continuamente escuchamos frases como ¿cuánto cuesta este televisor? ¿cuánto cuesta este vehículo? La pregunta correcta debería ser ¿Cuál es el precio de este televisor? O ¿Cuál es el precio de este vehículo?.

Concretamente, cuando adquirimos un producto, el precio del mismo va a depender de toda la materia prima y el proceso industrial que haya sido necesario para su elaboración desde la fábrica hasta el momento en que lo adquirimos.

Cuando una empresa crea o distribuye un producto siempre espera tener una retribución en dinero a corto, mediano o largo plazo. Aquí hablamos de costo , todo lo que se invierta en producir algo que nos generará ingresos a futuro.

Por otra parte, los gastos son erogaciones que no corresponden a la adquisición de activos. Un gasto es lo que se paga sin esperar que genere ningún beneficio económico o ganancia como por ejemplo los pagos de alquiler o renta, servicios públicos o mantenimientos. Es decir, los gastos se hacen por necesidad y no para obtener ingresos posteriormente.

Debemos tener claro el significado de ambos términos. El costo nos ayudará a fijar los precios de venta de nuestros productos pero debemos tener en cuenta que de la utilidad o ganancia que obtengamos en la negociación de los mismos, debemos cubrir el monto de los gastos. De allí surgen otros dos términos: Utilidad o Ganancia Bruta y Utilidad o Ganancia Neta.