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¿Serías tu propio cliente?

¿Serías tu propio cliente?

Ante la pregunta de si tu o tu empresa, son buenos vendedores o prestadores de servicio, la respuesta es corta, precisa y 100% cierta; esta interrogante debes contestarla tú mismo y no los demás. ¿Serías tu propio cliente?

Para darle respuesta a esta pregunta necesitas sentarte un tiempo a solas, con calma, sin interrupciones y con papel y lápiz a la mano. Debes ser sincero contigo mismo, total, nadie va a enterarse de lo que tú hablas contigo mismo desde el interior de tus pensamientos. Así que no tiene sentido engañarte.

No puede nadie analizarte y emitir una opinión. Solo tú, ya que eres el mejor conocedor del ámbito en el que te mueves, el tipo de clientes con los que tratas, lo atractivo de tu producto o servicio y las políticas de venta de tu empresa.

Pero, sin embargo, hay puntos generales que se pueden tener en cuenta para comenzar a estudiarte y llegar a la conclusión de si te gustaría ser un cliente tuyo.

Podemos citar:

a.- ¿Qué tan honesto y sincero eres? Esta pregunta podría sonar grosera, pero hay que tomar en cuenta que hay ganancias que no necesariamente son en dinero. De hecho, este tipo de ganancia te llevará a vender más, y por lo tanto, obtener más dinero. ¿De qué estamos hablando? De confianza. Si te ganas la confianza de tu cliente y logras que te vea como una persona íntegra, con ética y creíble, tendrás un cliente fidelizado. ¿Eres honesto y sincero con tus clientes? ¿piensas en su beneficio antes que en el tuyo?

b.- ¿Respetas a tus clientes? El respeto no se trata solo de ser cortés. Hay miles de factores que miden el respeto como la puntualidad, buen vestir, vocabulario, buen semblante, buen humor, amabilidad, atención con gusto y esmero, prontitud ante cualquier solicitud, eficacia, asumir lo errores, rectificar, involucrarse socialmente con el cliente, detalles tales como felicitaciones en los días de cumpleaños o de algún logro exitoso por parte de la empresa del cliente, cumplir siempre nuestra palabra, aunque nos lleve a alguna situación que no sea la que inicialmente previmos. en fin, son tantos que no alcanzaría este espacio, pero con estas interrogantes tenemos un indicio claro para saber si somos respetuosos con nuestros clientes o no.

c.- ¿Te preocupas por visitar o llamar a tus clientes solo para saludarlo? Es importante que tus clientes no te vean solo como el que viene a ganarles dinero vendiéndoles algo. Una visita de cortesía, aunque sea solo para saludar o en su defecto, una llamada telefónica hace mucho efecto positivo en el cliente al sentirse que se le trata como persona y no solo como negocio.

d.- ¿Defiendes a tu cliente? Muchas veces, por falta de comunicación, malos entendidos o por no saber explicarse, pueden surgir de cualquiera de la partes, molestias o situaciones un tanto incómodas. Incluso, situaciones graves. ¿sabes defender a tu cliente? Por supuesto que el bienestar y desarrollo de tu empresa debe ser uno de tus objetivos, pero eso solo se logra con clientes satisfechos. Debes aprender a luchar entre dos aguas, dentro de lo posible, para que tanto la empresa a la que representas y tus clientes logren resolver por medio de tu intermediación, cualquier situación embarazosa que pueda presentarse.

e.- ¿El costo de tus productos o servicios está acorde a la calidad que ofreces? No hay mucho que explicar en este punto. La pregunta se contesta sola.

f.- ¿Puede tu cliente estar seguro que cuenta con la garantía necesaria de tus productos o servicios? este tema siempre es espinoso y levanta aspavientos. La respuesta o reposición de garantía debe ser inmediata y satisfactoria para el cliente. Los problemas que se presenta en estos casos suelen originarse por no establecer y dejar clara, antes de cualquier negociación, los términos y condiciones de garantía.

g.- ¿Conoces tus productos o servicios a fondo y en todos sus detalles? No hay nada más placentero para un cliente que su vendedor pueda responder rápida y acertadamente todas sus interrogantes. Para ello no solo debes conocer las características y ventajas de lo que vendes, sino también las políticas de la empresa a la que representas.

Todos estos puntos, debes planteártelos a ti mismo. Responde sinceramente y tendrás la respuesta a la interrogante sobre si eres buen vendedor o no. ¿Serías tu propio cliente?

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Comment (1)

  • Tomas martinez Reply

    Cómo puedo ser distribuidor

    7 enero, 2023 at 4:20 am

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