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La importancia del diseño en el negocio de sublimación

La importancia del diseño en el negocio de sublimación

Al igual que el cuerpo humano, el negocio de la sublimación se compone de dos elementos principales. Uno físico y otro mental, espiritual o intelectual, como se le quiera llamar. Haciendo la analogía entre el cuerpo y nuestra empresa de sublimación, la parte física lo componen el espacio o local donde estamos establecidos, los muebles y equipos, los accesorios, materiales e insumos y las materias primas. La parte mental la componen las ideas de los directivos, el personal de venta y marketing y los creativos. Estos últimos, atención con estos últimos.

De muy poco puede servirnos tener las mejores instalaciones, las más modernos equipos y los materiales de marca y calidad más reconocidas si nuestro motor principal falla: LA CREATIVIDAD. El éxito en el ramo de sublimación se basa principalmente en la posibilidad cierta de poder personalizar los blanks o artículos sublimables con el diseño que se desea o el que más nos guste. Todo el que se dedica a este negocio tiene claro que se pueden sublimar productos a nivel comercial en general o a nivel personal a petición del mismo cliente.

Muchas personas llegan hasta nuestros para solicitar que le estampemos una playera, gorra, taza o cualquier otro blanks con la fotografía de su hijo, padres, mascotas, deporte o auto favorito etc. Los motivos son infinitos. Por otro lado, podemos nosotros sublimar otros blanks con fines de venta al público en general, es decir, sin que nadie nos haya pedido un motivo en especial.

En ambos casos el personal de diseño gráfico juega un papel fundamental. Si en el primero, que es cuando el cliente nos visita y trae consigo el motivo que desea imprimir sobre su artículo o prenda, bien sea una fotografía, frase, litografía o simplemente una idea, la primera persona que debe atenderla es el diseñador. Si lo hace el personal de ventas seguramente la experiencia no será tan provechosa ni para el cliente ni para la empresa. Debe ser atendido en primera instancia por el o los diseñadores. Ellos deben recibir la idea del cliente y darle vida.

No podemos simplemente tomar la imagen que nos trae y decir “Ok, para mañana estará listo” el cliente siempre viene a solicitar un servicio; pues bien, ¡ofrezcámosle uno de calidad!.

“Bien Sr. ¿Desearía que resaltáramos los colores originales que estan algo opacos?”, “¿Que le parece si le agregamos un efecto difuminado?”, “¿Lo quiere de este mismo tamaño? ¿Quizás más grande o más chico?”, “¿le gustaría cambiarle el fondo por otro mas acorde o llamativo?”, “¿le puedo sugerir alguna otra imagen parecida que se adapte también a lo que desea o que la complemente?” en fin, son miles las opciones que podemos ofrecer para que quien nos solicita un trabajo sienta que se lleva más de lo que inicialmente esperaba. El trabajo y la creatividad del diseñador son claves en ese momento. Luego que el cliente sienta que llegó al sitio correcto donde podrá obtener lo que esta buscando, es momento de que lo atiendan ahora si, las demás partes involucradas en el negocio.

Esto es tan importante como mantener motivados a los diseñadores que forman nuestro equipo. Nada peor que un creativo sin estímulo.

Buen ambiente de trabajo, herramientas acordes y necesarias, apoyo logístico, buena remuneración, oportunidades de desarrollo y aprendizaje constante, reconocimiento a su trabajo e integración a los nuevas ideas de desarrollo de la empresa son indispensables.

Cuando se trata de “trabajo libre” la situación no es diferente. Debemos compartir con ellos eso que estamos deseando para que le den forma y vida y pueda surgir la musa y el arte que lleva dentro para producir diseños estampados que gusten. Si le encargamos a nuestro creativo la elaboración de un diseño sobre alguna idea con vista comercial, hay que explicarle lo que se quiere y luego escuchar lo que propone. Dejarlo a su libre elección, para luego de que dedique horas enteras plasmando lo que cree será de nuestro agrado, y finalmente decirle que no nos gusta o no se adapta a nuestra idea y deba desecharlo y comenzar de nuevo, es la mejor forma de desperdiciar el talento y las neuronas de nuestros diseñadores y por ende también nuestro dinero y tiempo. Las fuerzas de venta pueden tener un trabajo arduo en diferentes escalas para colocar nuestros productos, dependiendo de la calidad de las artes impresas en ellos.

Mantén a tus creativos estimulados y trabaja codo a codo con ellos. Los resultados serán impresionantes.

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